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¿Puede una persona que no existe en el mundo real convertirse en referente de moda, estilo de vida o consumo? O, yendo un poco más allá, alguien que no existe… ¿puede vender más que vos y facturar cifras millonarias (que, por supuesto sí existen, y van a parar a una cuenta bancaria real)? Todo eso ya está ocurriendo y se resume en dos palabras muy en boga en estos días: influencers virtuales.

La presencia de influencers virtuales en redes sociales ya no es una rareza. Cada vez más marcas los eligen para protagonizar campañas publicitarias, generar contenido o incluso representar valores con los que buscan identificarse. Su apariencia perfecta, su disponibilidad constante y la posibilidad de moldearlos según las necesidades de cada estrategia digital los convierten en una opción tentadora para el marketing online.

En este post, vamos a explorar cómo surgió este fenómeno, por qué despierta tanto interés (y controversia) y qué impacto puede tener en la forma en que las marcas se vinculan con sus audiencias.

¿Qué Son los Influencers Virtuales?

Los influencers virtuales son personajes creados digitalmente que interactúan en redes sociales como si fueran de carne y hueso. Detrás de cada publicación hay equipos de diseño, animación y estrategia que planifican cada detalle: desde sus expresiones faciales hasta las historias que cuentan.

Algunos están hechos con animación 3D o técnicas de CGI (Computer-generated imagery, cuya traducción es «imágenes generadas por computadora»), mientras que otros combinan inteligencia artificial con rostros generados por computadora. Su objetivo no es solo “parecer reales”, sino generar una relación con audiencias específicas y representar identidades, estilos o valores que las marcas quieren destacar.

Si bien suelen ser creados y administrados por agencias especializadas; algunos forman parte de proyectos experimentales impulsados por marcas o startups tecnológicas. Lo cierto es que, más allá de su origen, todos comparten una misma misión: captar atención, generar engagement y —sobre todo— influir.

Ejemplos de influencers Virtuales Famosos

Tal vez ya formás parte de la legión de seguidores de influencers virtuales. Pero, si todavía pensás que los influencers virtuales son algo futurista, es hora de que conozcas algunos casos concretos, porque te aseguramos que esto ya está pasando y probablemente, más tarde o más temprano, te conviertas en uno de sus followers:

Lil Miquela: la Pionera Digital

Empecemos por Lil Miquela, que sin dudas es la más conocida y una de las primeras en entrar fuerte en este universo. Apareció por primera vez en Instagram allá por 2016, y desde entonces no paró de crecer: hoy tiene más de 3 millones de seguidores y ha colaborado con gigantes como Prada, Calvin Klein y Samsung.

Miquela es tan real que es posible olvidarse de que no es de carne y hueso: tiene una vida aparentemente normal, llena de amigos, salidas (por ejemplo, a Coachella), romances y hasta crisis existenciales. Y es una influencer de convicciones fuertes, que sugestivamente en su bio declara: Be your own robot («Sé tu propio robot»). Fue creada por la empresa californiana Brud, y se posicionó no solo como influencer sino también como una artista musical con varios singles en plataformas como Spotify.

Noonoouri: la Activista Virtual

Quizá Noonoouri es menos realista visualmente, pero eso no la detuvo para destacarse en el mundo de la moda y el activismo digital. Diseñada por el artista alemán Joerg Zuber, esta influencer de ojos grandes y look glamoroso tiene en su historial colaboraciones con Dior, Gucci y Valentino, y defiende causas importantes como el bienestar animal y el medioambiente. Con casi medio millón de seguidores en Instagram, es la prueba de que un influencer virtual también puede tener una voz comprometida y valores firmes.

Aitana López: la Influencer Virtual Hispanohablante

Y ahora, por fin, una representante en nuestro idioma. Aitana López, creada en España, empezó a ganar popularidad recientemente con un perfil que mezcla moda, lifestyle y algo que llama la atención: la interacción frecuente con sus seguidores. Aunque todavía no tiene la dimensión internacional de las anteriores, se perfila como una gran apuesta en el mercado hispanohablante. Marcas como Multiópticas ya han confiado en ella para sus campañas, demostrando que este fenómeno pisa fuerte en todo el mundo.

 
 
 
 
 
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Como podés ver, estos influencers virtuales no son solo personajes simpáticos que aparecen en nuestras redes sociales, sino auténticas figuras mediáticas capaces de influir en nuestras decisiones y emociones. ¿Te esperabas algo así hace unos años? Probablemente no, y eso es lo fascinante de todo esto: nos desafía constantemente a repensar la forma en que consumimos contenido en redes sociales.

Ventajas de los Influencers Digitales para las Marcas

Si llegaste hasta acá, seguramente ya tenés claro lo que es un influencer virtual. Ahora toca preguntarnos algo clave: ¿por qué cada vez más marcas están apostando por estos influencers virtuales en lugar (o además) de hacerlo por influencers humanos?

Control Absoluto y Cero Escándalos

Si te ponés en el lugar de una marca, vas a ver que tiene mucho sentido elegir influencers virtuales. Imaginate esto: tenés la posibilidad de crear una figura exactamente como vos querés, alineada al 100% con los valores de tu marca. No vas a tener que preocuparte porque de un día para otro se meta en un escándalo, haga comentarios desafortunados o cambie su imagen de forma abrupta.

Por ejemplo, Lil Miquela no va a llegar tarde a una sesión de fotos porque está digitalmente diseñada para estar siempre disponible. Esto les da a las marcas una tranquilidad y previsibilidad que es difícil de conseguir con una persona real (porque seamos honestos, todos podemos equivocarnos o tener días malos).

Flexibilidad y Personalización sin Límites

Otra ventaja fundamental es la flexibilidad extrema. Un influencer virtual puede adaptarse a la estética, los valores, el tono y el estilo que una marca necesite. Si mañana una empresa quiere modificar su estrategia o lanzar una campaña con un mensaje específico, no tiene más que ajustar el diseño o el guion del personaje. Así de simple.

¿Querés lanzar una campaña de marketing verde y la semana siguiente otra completamente distinta orientada al lujo extremo? Con un influencer humano eso puede generar inconsistencias, pero con un personaje virtual es solamente cuestión de unos clics.

En resumen, ofrecen una especie de “versión ideal” del influencer tradicional: más predecible, más adaptable y —para algunas marcas— más rentable.

La Respuesta del Público a los Influencers Virtuales

¿Puede una persona que no existe en el mundo real convertirse en referente de moda, estilo de vida o consumo? Aunque los influencers virtuales generan cada vez más engagement, no todos los usuarios los reciben de la misma manera. Hay quienes los siguen con entusiasmo, fascinados por su estética, su originalidad y el universo ficticio que proponen. Para muchos jóvenes —especialmente en generaciones como la Z o la Alfa— la línea entre lo real y lo virtual ya no es tan clara… ni tan importante.

En el extremo opuesto, nos encontramos con quienes sienten cierta incomodidad al interactuar con “personas” que en realidad no existen. Algunos usuarios cuestionan la autenticidad del contenido, e incluso se sienten engañados si no se aclara que están frente a una figura creada digitalmente.​ Cabe señalar, no obstante, que es muy difícil —por no decir imposible— que una marca, hoy en día, pueda ocultarlo. Por un lado, porque las mismas plataformas exigen que se señale cuando un contenido es creado con inteligencia artificial. Por otro, porque los usuarios de esas redes tienen el ojo muy entrenado y saben distinguir a un influencer real de uno virtual (aunque siempre hay excepciones, claro 😉).

Finalmente, el nivel de conexión emocional que generan puede ser alto, pero también frágil. No tienen pasado, no cometen errores, no muestran vulnerabilidad real. Y eso, para algunos, puede hacerlos menos creíbles o directamente desconectados de la experiencia humana.​ Aun así, hay un dato clave: las métricas acompañan. Muchos de estos perfiles superan ampliamente en likes, comentarios y seguidores a los influencers humanos con los que compiten. Y eso, en el universo del marketing, suele pesar más que cualquier debate filosófico… aunque es cierto que el debate existe, y por eso le dedicaremos nuestra próxima sección.

El Debate en Torno a los Influencers Virtuales

El auge de los influencers virtuales ha abierto nuevas posibilidades en el marketing digital, pero también ha generado debates éticos. Uno de los principales cuestionamientos gira en torno a los estándares de belleza que estos influencers virtuales promueven. Al no estar limitados por la biología, suelen ser diseñados para encajar en estéticas artificiales, cuerpos imposibles o estilos que no admiten imperfecciones. Aunque no se trata de cuerpos reales, sus publicaciones generan comparaciones inevitables y modelan estándares que —si no se comunican con responsabilidad— pueden tener serias consecuencias.

Por otra parte, también se discute su impacto en el mundo laboral: ¿podrían estas figuras desplazar a modelos, creadores y profesionales reales? Algunas marcas ya han reemplazado influencers humanos por versiones digitales más «económicas» (aunque este punto es discutible, porque detrás de un influencer virtual aún hay altos costos de producción) y controlables. Si la tendencia crece, ¿cómo afectará a quienes trabajan creando contenido de forma auténtica?

El dilema no es si los influencers virtuales llegaron para quedarse. Eso ya es un hecho irreversible; o, al menos, todo parece indicar que lo es. El tema central es cómo vamos a relacionarnos con ellos, y qué valores vamos a priorizar cuando lo hagamos. Porque, si un personaje creado por computadora puede influenciar lo que pensamos, sentimos o compramos… ¿quién está realmente detrás de esa toma de decisiones?

Tendencias en Influencers Virtuales

Más allá de los debates, el crecimiento de los influencers virtuales no solo continúa, sino que se diversifica. Estos son algunos caminos que ya están marcando el rumbo del futuro en esta área:

1. Cocreación con la Audiencia

Algunas agencias están empezando a abrir el juego y permiten que la comunidad tome decisiones sobre la personalidad, el look o los intereses del personaje virtual. Esto genera mayor identificación y engagement, y refuerza el sentido de pertenencia.

2. Avatares con Inteligencia Artificial en Tiempo Real

Gracias a los avances en IA generativa, cada vez más influencers virtuales podrán responder mensajes, grabar videos o participar de lives de manera autónoma, sin intervención humana directa. Esto transforma la interacción en una experiencia más fluida y personalizada.

3. Mayor Diversidad Estética y Cultural

Aunque siguen primando los modelos hiperdigitalizados y con una apariencia perfecta, están surgiendo personajes que buscan representar cuerpos no hegemónicos, estilos alternativos o identidades subrepresentadas. La inclusión también está llegando al mundo virtual.

4. Expansión hacia el Metaverso y los Videojuegos

Muchos influencers virtuales están migrando o coexistiendo en espacios como Roblox, Fortnite o mundos propios en plataformas de realidad virtual, donde pueden interactuar con la audiencia en entornos inmersivos y crear experiencias únicas de marca.

5. Campañas 100% Digitales

Cada vez más marcas optan por estrategias completamente diseñadas con personajes virtuales, desde el concepto hasta la ejecución. Esto reduce costos logísticos, acelera procesos creativos y permite realizar campañas simultáneas en múltiples mercados y formatos.

Estas tendencias marcan una cosa con claridad: el fenómeno de los influencers virtuales no es una moda pasajera, sino una forma emergente de narrar, conectar y vender en la era digital. El desafío —para marcas y usuarios— será aprender a navegar este nuevo territorio sin perder de vista lo más importante: la autenticidad.

Influencers Virtuales, Influencia Real

Los influencers virtuales ya no son una curiosidad tecnológica: son una herramienta concreta del marketing digital contemporáneo. Están redefiniendo lo que entendemos por presencia, autoridad y conexión en redes sociales, al tiempo que plantean interrogantes sobre la autenticidad, la ética y el futuro del trabajo creativo.

En definitiva, estos personajes abren un nuevo universo de posibilidades. Uno donde la creatividad, la programación y la estrategia se entrelazan para construir figuras que pueden ser todo… menos reales. Lo interesante es que la influencia que ejercen sí lo es.

Frente a este escenario, las marcas tienen la oportunidad de innovar, pero también la responsabilidad de hacerlo con conciencia. Y nosotros, como usuarios, el desafío de no perder el criterio en un mundo donde lo virtual ya no se distingue tan fácilmente de lo humano.

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